Nacemos en 1992 como una organización no gubernamental, dedicada a la investigación, formulación de propuestas, incidencia y promoción del desarrollo, teniendo como principal destinatario a los sectores más desfavorecidos de la población. Después de haber transcurrido más de treinta años, podemos decir que hemos ampliado nuestros ejes de trabajo, perfeccionado nuestros procesos de intervención y consolidado nuestros enfoques de abordaje.

Desde la firma de los Acuerdos de Paz, promovemos la descentralización y el progreso de los territorios como factores fundamentales en la estrategia de desarrollo y crecimiento. Por ello, establecimos el Área de Desarrollo Territorial dedicada a fortalecer la articulación y formación de capacidades en los diversos actores que conforman los territorios. También conformamos un Área de Macroeconomía y Desarrollo enfocada en estudiar el crecimiento estéril y generar propuestas para la construcción de un nuevo proyecto económico a nivel nacional. No obstante, en los años dos mil, una serie de eventos cambiaron el contexto internacional y emergieron complejos desafíos para las autoridades y la sociedad civil organizada.

En el ámbito económico, profundizamos el análisis en torno a la apertura comercial y financiera, dando seguimiento a su impacto en el mercado laboral, sector agropecuario y rural, etc. Más adelante, a partir de la crisis económica mundial en 2008, nos especializamos en el examen de las finanzas públicas, principalmente en el manejo de la política fiscal. En el terreno social, en El Salvador se empezó a visibilizar un grave y multifacético problema de criminalidad y convivencia ciudadana. Bajo este contexto, se incorporó el Área de Seguridad y Prevención de Violencia que actualmente se llama “Área de Seguridad Humana y Cultura de Paz” enfocada en promover políticas públicas e iniciativas sociales para combatir la inseguridad ciudadana, especialmente bajo un enfoque de prevención de violencia.

De modo más reciente, la gestión pública comenzó a ser señalada como vulnerable a las prácticas corruptas, contando con débiles sistemas de control y rendición y petición de cuentas. Es así como a inicios de la década actual, se instaló el Área de Transparencia y Anticorrupción, hoy Área de Transparencia e Integridad, enfocada en monitorear el cumplimiento de principios de transparencia de las políticas públicas y aportar en la lucha contra la corrupción como un componente básico del desarrollo.

En los próximos años, en miras al 2027, seguiremos ofreciendo acompañamiento y asistencia técnica a grupos y comunidades, especialmente en condiciones vulnerables, para ayudar a lograr cambios estratégicos que contribuyan al desarrollo humano inclusivo y sostenible.

Continuaremos fomentando el dialogo social y la articulación de actores diversos para que la población salvadoreña se empodere en sus derechos, participe activamente en los asuntos públicos y logren gozar de planes de vida dignos, a través del desarrollo territorial, las finanzas públicas inclusivas, la cultura de paz y la integridad.

Nuestros principios

Nuestros valores